domingo, 25 de febrero de 2024

El anarquismo y la construcción de la identidad personal

El anarquismo constituye una teoría y un sistema en el que el respeto a la diferencia, a la diversidad social, es fundamental; así, se esfuerza en crear las circunstancias para que se respete y se desarrolle libremente la identidad personal, constituida por peculiaridades de cada individuo, frente a todo intento hegemónico de una identidad colectiva.

Es, por tanto, una defensa de la libertad individual (y no a costa de la del prójimo, como en el caso del liberalismo), un respeto por las minorías (frente a las imposiciones de una supuesta mayoría, como es el mismo sistema de la democracia parlamentaria) y un rechazo de todo intento uniformador de una identidad colectiva (nacional, religiosa o de cualquier otra índole, siempre sustentadora de las jerarquías). Se trata, la del anarquismo, de una visión libre y enriquecedora del desarrollo cultural, con una crítica permanente a la tendencia a establecer un modelo ideal del individuo, al estatismo y a la rigidez normalizadora. El anarquismo no posee una idea preestablecida de cómo debe ser el individuo, y será él mismo el que decida libremente cuáles serán sus características personales. Por supuesto, este sistema social propiciado por el anarquismo entra, o puede entrar, en dificultades cuando existen individuos con tendencias claras a no respetar el derecho a la diferencia y al propio desarrollo de cada individuo. Nadie dijo que fuera sencillo, la sociedad propuesta por los anarquistas es compleja. De hecho, puede parecer de entrada paradójico esa defensa de la libertad individual, del propio desarrollo y construcción de una identidad personal (algo que invita a la independencia y a la individualidad), en un contexto social en el que se necesita al mismo tiempo (o por ello) a los demás. Recuperamos así la hermosa, y muy utilizada en la difusión ácrata, cita de Bakunin sobre la libertad individual, que no se limita con la de los demás, sino que se enriquece y completa. Podemos extender esa visión también a la construcción de la identidad personal. Cada persona, en infinidad de interacciones con los demás, y en contextos complejos y plurales, va edificando una identidad personal, que nunca tiene que ser necesariamente estática.

viernes, 16 de febrero de 2024

Historia, civilización y progreso

Recuperamos en esta entrada una reseña del libro Historia, civilización y progreso, en el que Murray Bookchin realiza una critica devastadora a los autores posmodernos y a lo que considera el relativismo consecuente; del mismo modo, se realiza una defensa de un sentido racional de la historia, pero no con una visión finalista ni necesariamente lineal, sino confiando en la potenciación de los movimientos sociales y en su intención revolucionaria gracias a un profundo análisis social y sicológico.

No se anda con rodeos Murray Bookchin, en este libro y lanza un ataque furibundo contra los que denomina "intelectuales posmodernistas" y a las convenciones culturales creadas por ellos, derivadas de un relativismo social, político y moral. Abunda Bookchin en epítetos sobre las características de este conjunto relativista, aunque no vamos a reproducirlos sin más por requerir, a mi modo de ver las cosas, de las debidas matizaciones. Los autores posmodernos critican una visión teleológica de la Historia, mientras que Bookchin sigue reclamando un sentido histórico (lo cual, no supone una reivindicación de ningún proceso) en aras de una sociedad racional. La crítica a ese relativismo posmoderno estaría en la reducción que realiza de la historia a "historias" caracterizadas por el eclecticismo, en su denigración del término civilización por primar sus componentes irracionales y por negar que el progreso conlleve consecución alguna de la libertad en beneficio de cierta autonomía personalista. Como ya dijimos, los adjetivos abundan en este texto de bookchin y no estoy seguro de que no caiga en una simplificación excesiva, a pesar de su evidente erudición y fortaleza intelectual, ya que sus críticas dirigidas a autores posmodernos abundan en palabras como "nominalistas", "neoprimitivistas", "nihilistas" o "antihumanistas".

viernes, 2 de febrero de 2024

García Calvo, la subversión permanente de la realidad

Agustín García Calvo nació en Zamora, en 1926, y en esa misma ciudad falleció el 1 de noviembre de 2012. Como es sabido, ocupó una cátedra de lenguas clásicas en Sevilla y en Madrid, de la cual fue apartado por el régimen franquista en 1965 por su apoyo a las revueltas estudiantiles, y en la cual fue restablecido en 1976. Escritor de diversos géneros literarios y filósofo, las facetas fueron múltiples en quien se reconoce a una figura clave de la cultura contemporánea, recibiendo tres veces un premio nacional: de Ensayo en 1990, de Literatura Dramática en 1999 y de Traducción al conjunto de su obra en 2006. Hay que recordar la rebeldía permanente de García Calvo hacia el poder establecido, por lo que nunca fue amante de recibir galardones; en cierta entrevista, explicaba que si acepto los anteriormente mencionados era porque eran premios muy pequeños, sin que él se presentara a ninguno, y "los jurados son muy grandes y variados y hay más probabilidades de que entre ellos haya gente honesta". Uno de los últimos trabajos en los que participó fue el documental de Basilio Martín Patino sobre el movimiento 15M, el cual utilizaba precisamente el título de uno de sus poemas: "Libre te quiero". Esta obra se presentó en la sección Tiempo de Historia en la última edición de la Seminci de Valladolid; se trata de una visión obligada en una sociedad muy necesitada de palabras e imágenes que inviten a la rebeldía.

domingo, 21 de enero de 2024

El federalismo y las propuestas libertarias

Con intención de seguir indagando en las propuestas políticas del anarquismo, vamos profundizar en los conceptos claves al respecto. En el caso del federalismo, Haro Tecglen en su Diccionario Político, le atribuye, junto a la idea de la confederación (con mayores connotaciones descentralizadas al hablar de una federación de federaciones), un origen moderno en el socialismo utópico y, posteriormente, en el anarquismo. Sea como fuere, en el caso libertario, la intención fue en origen la sustitución del Estado por la mencionada federación de federaciones. La denominación de las organizaciones ácratas ha respondido a esta aspiración, como es el caso de la Federación Anarquista Ibérica o de la Confederación Nacional del Trabajo (de forma curiosa, ante la posible polémica sobre la palabra nacional en las siglas, existe la anécdota de que fue forzada por la Administración al no admitir el nombre de Confederación General del Trabajo).

Remontándonos en la historia y profundizando en el concepto, atendiendo a la obra Historia del pensamiento social, de Salvador Giner, la idea federal nacería en el siglo IV a.n.e., cuando se quiso superar en la Antigua Grecia el provincialismo y el fraccionamiento para apostar por la creación de ligas defensivas estables de los gobiernos democráticos contra los tiránicos. Por supuesto, esta visión supondría un cambio de paradigma, no solo en aspectos políticos o económicos, también respecto a una nueva concepción del ser humano; era el inicio de una cultura cosmopolita que trasciende a nivel moral y vital al mero ciudadano de un estado. El propio Proudhon, en El principio Federativo, considera que la idea de federación es tan antigua como lo puede ser la monarquía y la democracia; incluso, quiere ver un origen natural en ella, como la propia sociedad, al igual que los conceptos de autoridad y de libertad. En la actualidad, de manera políticamente muy concreta, el federalismo es el sistema por el cual se rigen determinados países, como es el caso de los Estados Unidos de América; a pesar de conservar ciertas particularidades los diferentes estados federados, están finalmente subordinados en ciertos aspectos de la vida pública a un Estado central (con mayor o menor fuerza, según el contexto).

domingo, 14 de enero de 2024

Max Stirner, sobre el "único" y su propiedad

Recuperamos unos textos sobre un autor, tan incómodo, como fascinante: Max Stirner y su espectacular obra El único y su propiedad; los anarquistas, de forma lúcida en nuestra opinión, han reivindicado a un pensador que nunca se consideró como tal, y que incluso en algunos aspectos puede considarársele opuesto a algunos de sus libertarios, pero que apostó por algo muy valisoso: el máximo desarrollo personal, criticando toda abstracción que lo entorpeciera.

El 26 de octubre de 1806, nace en Bayreuth (Baviera) Johann Kaspar Schmidt al que se recordaría por su seudónimo Max Stirner (el cejas). Estudió teología, filosofía y filología clásica, aunque no llegará a doctorarse y se le terminó impidiendo, como era su deseo, dedicarse a la docencia. Acabó sobreviviendo como publicista y traductor. A partir de 1837, será asiduo durante años del grupo de la izquierda hegeliana (los libres), y Engels parece que llegó a decir de él que era la cabeza más lúcida y profunda de aquel círculo de filósofos revolucionarios. Con el tiempo, los jóvenes hegelianos se escinden en dos tendencias: unos, integrados por Ruge, Hess y Marx, marcan distancias respecto a Hegel; otros, entre los que se encuentra Stirner, se esfuerzan en una revolución de las conciencias mediante una crítica pura de carácter ateo, carente de reglas y absolutamente negativa. La espectacular obra con la que Stirner pasaría a la posteridad supuso un gran escándalo y causó gran revuelo entre los intelectuales. Muestras de que atrajo gran atención son las reseñas críticas que le dedicaron Mosses Hess y Ludwig Feuerbach, así como el hecho de que Marx y Engels le dediquen, en La ideología alemana, más atención que a cualquier otro autor. La primera edición de 1844 se agotó rápidamente, por lo que se reimprimirá enseguida, aunque la gloria será efímera. La vida personal de Stirner no fue muy alentadora e incluso acabaría en prisión, durante 1853 y 1854, por deudas impagadas, para morir por enfermedad el 25 de junio de 1856.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Reflexiones sobre el posanarquismo

El concepto de posanarquismo que nos ocupa en esta entrada es, de forma obvia, difuso. En Internet puede encontrarse algún manifiesto donde se alude a un "conjunto amplio y heterogéneo de teorías anarquistas", las cuales (supuestamente) han sido ignoradas por el anarquismo clásico (anarcosindicalismo, comunismo libertario, plataformismo, incluso se menciona la más contemporánea ecología social…).

Uno de los personajes centrales, en torno al posanarquismo, sería Saul Newman, que hay quien asegura que acuñó el término a partir del posestructuralismo y más tarde lo asentó en su obra From Bakunin to Lacan (1999); la visión de Newman es deudora de la filosofía posmoderna, con su rechazo al esencialismo, a cualquier tipo de naturaleza humana e incluso al concepto de revolución. En Anarquismo es movimiento, en cambio, se dice que el término proviene de Hakim Bey y de su texto Post-Anarchism Anarchy (1987), especie de alegato contra el inmovilismo de algunas organizaciones anarquistas y contra el anarquismo convertido en ideología (sic). No obstante, parece ser en 1994, con la obra de Todd May The Political Philosophy of Postestructuralism Anarchism, donde se define lo que va a ser la visión posanarquista al incorporar elementos conceptuales provenientes del posestructuralismo. En 2002, aparece otra obra llamada Posmodern Anarchism, donde se apuesta por la vinculación con la filosofía posmoderna. En definitiva, es cierto que en la última década se han multiplicado los textos posanarquistas, que pueden considerarse un intento de hibridar el anarquismo con el posestructuralismo a partir de la teoría radical contemporánea iniciada en Mayo del 68 en París.

sábado, 9 de diciembre de 2023

"El maestro que prometió el mar", Antonio Benaiges y el método pedagógico Freinet

El maestro que prometió el mar es una película que está ahora mismo en la cartelera española, con cierto éxito, ya que se estrenó el 10 de noviembre; está dirigida por Patricia Font, con guion de Albert Val sobre la novela de Francesc Escribano. Nos cuenta la historia del maestro Antonio Benaiges, miserablemente asesinado por los falangistas al comienzo de la Guerra Civil, y lo hace a través del presente cuando una mujer descubre que su abuelo buscaba los restos de su padre en Burgos también desaparecido y es posible que sus restos se encuentren en una fosa común. De esta manera, la película nos narrará dos historias conectadas en diferentes épocas: la de Ariadna en 2010 cuando, a través de la búsqueda de los restos de su bisabuelo, conoce la historia de Benaiges en 1935, un maestro de Tarragona que es trasladado a una pequeña escuela de Bañuelos de Bureba en Burgos. Allí, se enfrentará a las fuerzas vivas del pueblo con un innovador método pedagógico; el título alude a que sus alumnos nunca habían visto el mar y les promete hacerlo, como símbolo de apertura hacia el mundo y un horizonte vital mucho más amplio.